Te sugiero un desafío,... vamos!! Me gusta la idea de un viaje, iniciemos una travesía juntos, todo lo que obtengamos será ganancia, eso te lo aseguro! vienes?...Para ello te regalo este instructivo: el libro de La Vida y La Muerte, de Osho. Leerlo, te aseguro, te brindará una gran ayuda. Es simple y didáctico. En caso contrario, te compartiré en parte de qué se trata, y así juntos vivamos la experiencia. Todo cuanto ahora te diga tiene relación con ese viaje que todos haremos un día ...Yo sólo hoy estaré junto a tí para acompañarte mientras te preparas para ello.
Acepta mi compañía, deseo entregarte algunas herramientas, y dejarlas en tus manos, explora, prueba, ¡inténtalo ahora! Regálate esta oportunidad, es un tiempo “bien invertido”. Es un instante para algo que es fundamental, me estoy refiriendo al día que partirás a tu último viaje, o acompañarás a algún ser querido hacia él.
Acepta mi compañía, deseo entregarte algunas herramientas, y dejarlas en tus manos, explora, prueba, ¡inténtalo ahora! Regálate esta oportunidad, es un tiempo “bien invertido”. Es un instante para algo que es fundamental, me estoy refiriendo al día que partirás a tu último viaje, o acompañarás a algún ser querido hacia él.
En Occidente, hacemos cosas absolutamente absurdas sobre la muerte. En primer lugar, no se le dice a la persona que va a morir. Es una tontería asombrosa porque de esa manera esa persona permanece continuamente preocupada acerca de su vida, porque cree que va a vivir y todo el mundo pretende que va a vivir. Así que hay que encontrar el momento adecuado, cuando no haya nadie presente, Abre tu corazón e inmediatamente se abrirá el del otro(a). Pareciera ser muy duro, sin embargo es lo mejor, porque una vez que una persona sabe que va a morir, pierde al punto su interés por este mundo enseguida. Piénsalo...
Cómo hacerlo? ¿Cómo le digo a mi madre/padre/hermano(a)/pareja que va a morir?
Primero, prepárate tú contigo, porque tú necesitarás la paz y la luz necesaria, las palabras justas, que saldrán de tu corazón para comunicarlo. Es totalmente distinto que sea el profesional a cargo quien se lo haga saber. El hilo conductor será el amor, el vínculo que existe entre uds., eso facilitará en gran medida el impacto. Si no puedes ser tú, porque crees te será difícil, consulta quién está más capacitado, fortalecido para hacerlo. Busca tú el espacio que te brinde paz, donde puedas estar contigo mismo, puede ser la naturaleza, puede ser en tu casa con música que te lleve a ese estado meditativo, donde “sientas” poder encontrar “la lógica” del amor para expresarte.
Estos instantes crean algo divino, la familia se reúne naturalmente, se produce un encuentro. “Algo mueve”, ya que para estar cerca de esa persona se cruzan continentes, o distancias que parecen increíbles…se arreglan situaciones pendientes, “algo ocurre” en el sistema familiar para acercarnos, reunirnos. Solo la verdad está ahí frente a todos. Es el momento.
Insiste siempre en lo que la otra persona ha logrado y hecho bien. Ayúdala a sentirse constructiva y satisfecha con su vida. Recalca sus virtudes y olvida sus defectos.En estos momentos nos volvemos muy sensibles a los sentimientos de culpa y la depresión, por eso hay que concentrarse en dar esperanzas, del tipo que sean, para conseguir que ese ser, querido para ti, se muera en un estado mental lo más sereno posible
Si sigues “el cuento” que va a vivir y que todo va bien, y los médicos y el personal del hospital, familiares, amigos y conocidos pretenden hacerle creer lo mismo sin dejar de sonreír, entonces están engañando a esa persona, por lo que continuará aferrándose a cosas inútiles, fútiles, a tonterías. Una vez que sabe que va a morir de golpe dejará de tener interés en toda esa basura. Su visión quedará transformada. Deja de estar aquí: ha empezado a mirar hacia el futuro, porque cuando uno se va de viaje empieza a prepararse.
Si tienes que salir mañana de viaje empiezas a hacer las maletas, dejas de preocuparte de la habitación del hotel en donde estás. De hecho, has dejado de estar allí, estás organizando tus maletas y cosas, y piensas en el viaje. Lo mismo le sucede a una persona a la que le dicen que va a morir, que la muerte es segura y no puede evitarla, y que no puede seguir engañándose. Ha llegado el momento decisivo y ya ha malgastado lo suficiente su vida... Esa persona dará ya la espalda al mundo y empezará a atisbar la oscuridad del futuro.
En ese momento, si le hablas de meditación, se sentirá inclinado a practicar... y ése puede ser uno de los mayores regalos que puedas hacerle.
Utiliza la respiración como una herramienta de conciencia de vida y muerte, simultáneamente.
El inspirar está asociado con la vida. El expirar a la muerte. Con cada expiración mueres, y con cada inspiración re-naces. Vida y muerte no son dos cosas separadas, divididas, sino una sola. Y ambas están presentes en cada momento.
Así que recuerda lo siguiente: cuando expires, siéntete como si murieras. No temas. Si tienes miedo, la respiración se verá turbada. Acéptala: la expiración es muerte. Y la muerte es bella; es relajante.
Recuérdalo. Y no sólo lo recuerdes: practícalo!
Cómo hacerlo? ¿Cómo le digo a mi madre/padre/hermano(a)/pareja que va a morir?
Primero, prepárate tú contigo, porque tú necesitarás la paz y la luz necesaria, las palabras justas, que saldrán de tu corazón para comunicarlo. Es totalmente distinto que sea el profesional a cargo quien se lo haga saber. El hilo conductor será el amor, el vínculo que existe entre uds., eso facilitará en gran medida el impacto. Si no puedes ser tú, porque crees te será difícil, consulta quién está más capacitado, fortalecido para hacerlo. Busca tú el espacio que te brinde paz, donde puedas estar contigo mismo, puede ser la naturaleza, puede ser en tu casa con música que te lleve a ese estado meditativo, donde “sientas” poder encontrar “la lógica” del amor para expresarte.
Estos instantes crean algo divino, la familia se reúne naturalmente, se produce un encuentro. “Algo mueve”, ya que para estar cerca de esa persona se cruzan continentes, o distancias que parecen increíbles…se arreglan situaciones pendientes, “algo ocurre” en el sistema familiar para acercarnos, reunirnos. Solo la verdad está ahí frente a todos. Es el momento.
Insiste siempre en lo que la otra persona ha logrado y hecho bien. Ayúdala a sentirse constructiva y satisfecha con su vida. Recalca sus virtudes y olvida sus defectos.En estos momentos nos volvemos muy sensibles a los sentimientos de culpa y la depresión, por eso hay que concentrarse en dar esperanzas, del tipo que sean, para conseguir que ese ser, querido para ti, se muera en un estado mental lo más sereno posible
Si sigues “el cuento” que va a vivir y que todo va bien, y los médicos y el personal del hospital, familiares, amigos y conocidos pretenden hacerle creer lo mismo sin dejar de sonreír, entonces están engañando a esa persona, por lo que continuará aferrándose a cosas inútiles, fútiles, a tonterías. Una vez que sabe que va a morir de golpe dejará de tener interés en toda esa basura. Su visión quedará transformada. Deja de estar aquí: ha empezado a mirar hacia el futuro, porque cuando uno se va de viaje empieza a prepararse.
Si tienes que salir mañana de viaje empiezas a hacer las maletas, dejas de preocuparte de la habitación del hotel en donde estás. De hecho, has dejado de estar allí, estás organizando tus maletas y cosas, y piensas en el viaje. Lo mismo le sucede a una persona a la que le dicen que va a morir, que la muerte es segura y no puede evitarla, y que no puede seguir engañándose. Ha llegado el momento decisivo y ya ha malgastado lo suficiente su vida... Esa persona dará ya la espalda al mundo y empezará a atisbar la oscuridad del futuro.
En ese momento, si le hablas de meditación, se sentirá inclinado a practicar... y ése puede ser uno de los mayores regalos que puedas hacerle.
Utiliza la respiración como una herramienta de conciencia de vida y muerte, simultáneamente.
El inspirar está asociado con la vida. El expirar a la muerte. Con cada expiración mueres, y con cada inspiración re-naces. Vida y muerte no son dos cosas separadas, divididas, sino una sola. Y ambas están presentes en cada momento.
Así que recuerda lo siguiente: cuando expires, siéntete como si murieras. No temas. Si tienes miedo, la respiración se verá turbada. Acéptala: la expiración es muerte. Y la muerte es bella; es relajante.
Recuérdalo. Y no sólo lo recuerdes: practícalo!