martes, junio 20, 2006

¿Que hacer con quien sufre la pérdida de un ser querido? ¿Cómo comportarnos con los dolientes?

Este proceso de cómo ayudar, cómo cooperar con los amigos y/o conocidos, es lo que hoy comparto con uds. Nos vemos a menudo en esta situación y no sabemos como conducirnos.
Este proceder que nos incomoda y a veces nos impide dar ese paso de “acompañar”, que es, ni más ni menos, la compasión.

Cuando alguien cercano pierde un ser muy querido, solemos decir: “si me necesitas llámame, para lo que necesites, para lo que sea”.Seguro que lo decimos de verdad y desde el corazón, pero lo primero que tenemos que saber es que los dolientes no tienen apenas voluntad ni fuerza si quiera para pedir ayuda.¿De verdad podemos asegurar y creer que alguien sumido en la mayor de la tristeza, sin deseos de vivir, que no puede apenas comer, dormir, ni respirar, puede descolgar el teléfono o dirigirse hasta tu puerta para decirte “te necesito”?Se debe asumir por tanto que hay que tomar la iniciativa. Para ayudar a un doliente deberá mostrar compasión, comprensión y mucho amor. No esperar que acudan a nosotros.No nos limitemos a decir: "Si hay algo que pueda hacer...". Encuentre ese "algo" por sí mismo, y entonces, si es conveniente, tome la iniciativa. Pero ¿qué hacer… qué decir… cómo para ayudar a quien está de duelo?Se ofrecen unos cuantos consejos:ACOMPAÑAR:
A veces no hay palabras, por ello lo mejor en esos momentos simplemente es ESTAR: Sujetar una mano… oprimir un hombro… acariciar una mejilla… y ofrecer todo el apoyo que creamos necesario tanto física, emocional como espiritualmente. No se mantenga alejado por no saber qué decir o hacer. Es muy frecuente que nos asustemos ante el temor que produce el dolor que vemos y nos haga pensar:
"Es mejor dejarles ahora… Necesitan estar solos y descansar… “ Quizá nos mantengamos alejados porque temamos hacer o decir una inconveniencia, pero si evitamos estar con los dolientes se sentirán más solos e incomprendidos. Nuestra sola presencia puede infundirles ánimos. SERENAR: Adoptar un aire reposado, sobrio, incluso de firmeza. Calmarles con palabras cariñosas y gestos suaves.Soportar la expresión de sus sentimientos por duros que estos se muestren. Admitir con tolerancia las posibles manifestaciones de rabia, ira, llanto o cualquier otro brote de sentimientos y emociones contradictorios.
Recalcar las veces que sean necesarias que es normal que se sientan en ese estado de confusión y ansiedad, insistiendo en que no se están volviendo “locos” y que todos esos sentimientos por extraños y virulentos que sean, son seguramente normales ante la situación que están viviendo. ESCUCHAR, PERMITIR Y FAVORECER SU DESAHOGOEs muy importante para el doliente que sienta que comparten su dolor. Hay que favorecer que expresen libremente sus sentimientos y estar solícitos para escuchar.La escucha es esencial y una buena forma de aliviar su pena.Puede que necesiten hablar mucho de su ser querido, de cómo sucedió el accidente o la enfermedad, qué pasó antes o qué siente por ello. Hablar de la persona fallecida es una necesidad importante para la persona en duelo, sobre sus proyectos, su personalidad, etc.Por el contrario hay personas a las que les cuesta hablar y expresar lo que sienten. Es muy importante preguntar sin temor si quiere hablar de ello, o si prefiere lo contrario.Lo mejor es que decida por sí mismo sin tener que se sientan obligados a “comportarse” de un modo determinado.
No presionarlos para que dejen de llorar, todo lo contrario, permitir su llanto.Es muy importante dejar que las personas que han perdido a un ser querido manifiesten sus sentimientos y se desahoguenNo temer que lo hagan con nosotros. Ser pacientes y comprensivos.No pensar que la persona que acompaña y escucha tiene que ocultar sus sentimientos para que no les afecte a ellos, ¡es muy sanador, para ambos, llorar con los que lloran¡Es un gran error, creer que hay que evitar referirse al difunto ya que es muy doloroso para alguien en duelo, comprobar que ni siquiera nombren a su ser querido, no hablen de él o intenten evadir la conversación o cambiarla a otros comentarios.
¡NO HAY QUE CAMBIAR DE TEMA SI EL DOLIENTE NOMBRA AL FALLECIDO¡Muchas personas agradecen muchísimo oír hablar a los amigos y familiares de las cualidades y formas de ser únicas del fallecido y por las que sentían gran cariño.Al contrario de lo que se piensa, es muy gratificante oír las cualidades, detalles y gestos que hiciese en vida con ellos su persona querida.
(continúa...)

jueves, junio 15, 2006

A quienes están sufriendo una pérdida

Permítanme hablarles ahora a aquellos de ustedes que acaban de perder a la persona más querida de su vida, o que todavía están intentando sobreponerse al dolor abrumador y a la soledad. Nadie puede saber lo que estás pasando hasta que le sucede. No hay nada tan completamente real como la muerte. Has sido dolorosamente afligido y queremos que sepas, por favor, que nuestro amor, el de todos tus amigos, está contigo. Pero debes salir de esto. No debes dejar que el dolor mate o adormezca una parte tuya, como ciertamente lo hará si lo superas con el tiempo del modo normal o si lo cargas dentro tuyo sin resolverlo. Hay una razón para el sufrimiento que la muerte les causa a los vivos. Es para tratar de hacerte comprender que no hay muerte. Las personas criadas en las culturas más simples, que vivían con sus muertos y enterraban a sus muertos, lo comprendían. No sufrían como estás sufriendo tú y tenían a sus mujeres y hombres sabios que los instruían en estos asuntos. Pero ahora, todo esto prácticamente ha desaparecido junto con los cuerpos muertos. Debes usar tu dolor. No trates de librarte ni te escapes de él. Se desvanecerá inmediatamente y sin dejar cicatrices en el momento en que te enfrentes con él, entendiéndolo. Y voy a ayudarte a hacer eso. Notarás que el dolor viene en olas. Por un rato estás libre de pena y, de pronto, está encima tuyo y estallas en lágrimas nuevamente. Sin aviso previo, puedes encontrarte llorando incontrolablemente en público o teniendo que abandonar rápidamente una habitación donde hay gente, para ir a llorar. Permíteme explicarte lo que está pasando. Cuando amas mucho a alguien te apegas a él. Haces esto permitiendo que literalmente crezca dentro de ti una imagen emocional de él, una especie de réplica sensorial de todos tus sentimientos por la persona. A lo largo de los meses y los años, la imagen emocional se vuelve una parte viviente de ti. Es tan real y sensible en sentimientos como cualquier parte física lo es en sensaciones. Cualquier cosa que le pasa a la otra persona, buena o mala, es sentida allí. A través del contacto constante y el pensar en la persona mantienes la emoción activa y viva. Cuando están separados la emoción te hace sentir cerca del otro, siempre que la separación no sea demasiado larga. Si lo es, la emoción comienza a doler por falta de contacto o noticias suyas y te sientes solo o deprimido. Cuando tienes noticias suyas la emoción en ti se reasegura y te sientes mejor, ¿no es así? Por favor, mira la verdad de esto en tu propia experiencia. Cuando ese ser amado muere y actúas como si fuese su fin, te separas completamente de la emoción y ésta reacciona violentamente. Recuerda, la emoción es una parte viva y sintiente de ti. La creaste con tu amor, es como tu propio hijo. Y, tal como un niño, depende completamente de ti para recibir el flujo de amor e información que le has estado dando por tanto tiempo. Informarle, tal como lo estás haciendo ahora ante la evidencia de un cuerpo muerto, que tu amor está muerto, es tan brutal como decirle a un niño que ya no es amado. Estás diciendo: "Se terminó, nunca más habrá amor para ti, mi amor está muerto." ¿Ves lo que estás haciendo? Estás abandonando esa parte viviente y amorosa de ti y la parte está gritando: "¡Pero yo no estoy muerta, por favor no me dejes así, por favor ámame, vuelve!" Ese es el dolor y la pena terrible que sientes y que te hace llorar. Trata de observar la verdad de esto por ti mismo. Por favor, no lo descartes ni me creas solamente. Después de unos pocos ataques de llanto te darás cuenta por momentos que no eres tú realmente el que está llorando. Tu cuerpo está llorando y te sientes espantosamente, pero de algún modo no eres todo tú, estás extrañamente desapegado. Si todavía no has tenido esta experiencia trata de darte cuenta la próxima vez que la emoción aparezca. Permanece muy quieto interiormente y mira por ti mismo. Pero no trates de detener el llanto, solamente obsérvalo. Como nadie habla de esto, cuando notamos que nos suceden estas cosas tan extrañas, tendemos instantáneamente a descartarlas o ignorarlas. En un momento así, hasta la sugerencia de que estamos actuando o no estamos siendo sinceros es demasiado contradictoria. Pero cuando lo veas no te sientas perturbado, no eres tú el que está llorando. Tú no tienes porque llorar, tu ser amado vive. Es la emoción, el apego que alimentaste en ti mismo y que se siente abandonado y no amado el que está haciendo llorar a tu cuerpo. Llora pidiendo tu atención y tu amor porque le has dado la espalda. Actuando del modo en que lo haces, te estás cortando por la mitad. Tienes que aprender a amarte a ti mismo. Tienes que curar esa herida abierta dentro de ti y unificarte. Te voy a decir cómo hacerlo; de hecho ya lo estamos haciendo. Si te observas ahora muy de cerca, notarás que te estás sintiendo más liviano, más curado. Esto es así porque tu herida emocional escucha y renueva sus esperanzas por mi amor y mi comprensión de su dolor, y entonces te sientes menos dividido, más completo. Tienes que hacer por tu herida lo mismo que estoy haciendo por ella. Podemos hacerlo juntos hasta que estés más fuerte. Sigue leyendo estas letras una y otra vez hasta que captes la idea. Ahora deberías entender la diferencia entre amor y emoción. Tu amor por aquel cuyo cuerpo se ha ido es constante, no varía, ¿no es cierto? Pero el dolor emocional que sientes no es constante, viene y se va. Viene cuando no estás amando, o sea cuando estás viviendo en el pasado, cuando piensas en tu ser amado como estando muerto, imaginándolo como solía ser. Esto hace que la emoción se sienta terriblemente infeliz y entonces llora, o más bien te hace llorar. Notarás que esto también sucede cuando vuelves a lugares que ambos conocían, tratando de hacer algún tipo de contacto sensiblero, o cuando hojeas tristemente el álbum de fotos o te entregas a la autocompasión por lo miserable que es ahora tu vida sin el otro. En otras palabras, cada vez que te comportas como si tu amor estuviese muerto y se hubiese ido. Tales viajes sentimentales torturan a la emoción en ti. A menudo la gente trata de consolarnos en esos momentos diciendo que por lo menos tenemos nuestras memorias, como si las memorias fuesen una compensación. Las memorias son lo que ha pasado, lo que está muerto. Las memorias son la causa de todo tu dolor porque te hacen creer que tu amor está muerto, cuando no está muerto, sólo su cuerpo está muerto. Cada vez que piensas en tu ser amado, y naturalmente piensas en él como un cuerpo que está muerto, la emoción que está viva en ti protesta y tú sufres. Piensas y el dolor reaparece, es tan simple como esto. Obsérvalo, por favor, es terriblemente importante. Prueba la verdad de lo que estoy diciendo en tu propia experiencia. Tan pronto como piensas en la persona en tiempo pasado, te pones emocional. Debes dejar de pensar que tu amor está muerto. En cuanto lo hagas, el dolor cesará. Veamos ahora cómo puedes hacer esto. El punto de partida, la verdad maravillosa es que tu ser amado no está muerto, que la muerte es sólo un cuerpo muerto. El ser que amas está presente contigo ahora. Desde que murió ha estado tratando de decirte que no está muerto, pero no puede llegar hasta ti cuando la emoción está allí. Cuando no estás emocional, él está allí. Es por eso que no sientes el dolor de la separación todo el tiempo, es por eso que algunas veces sabes sin duda alguna, que está presente, y es por eso que hasta puedes reírte entre dientes y decir en voz alta alguna intimidad o algún chiste privado que compartían. El se da cuenta de todo lo que haces pero no es posesivo, sólo desea que ames y seas feliz. Al lamentarte por tu amor y cavilar tristemente acerca de lo bueno que solía ser, al desear que estuviese de vuelta, al querer decirle cuánto lo querías y cuánto lo extrañas, al hacer todo esto estás diciendo que está muerto, en la tumba. Cuando en verdad, está contigo en este momento, una presencia viva, si puedes estar lo suficientemente quieto interiormente como para registrarlo. Cada vez que piensas en tu ser amado como muerto, te separas de su presencia. Eliges lo que era en vez de lo que es y él no puede llegar a ti. ¿No has anhelado otra oportunidad de amarlo más? Bueno, ésta es esa oportunidad. Imagínate mirando a través de una ventana una habitación sellada y viendo a la persona que más amas llorando sobre tu fotografía y besándola. No le dirías: "¿Por qué estás amando esa cosa? Eso no soy yo. Estoy aquí. Ámame como soy: nuestro amor, el ser real, no ese sustituto del amor que te esta distrayendo y se está interponiendo entre nosotros. El amor no es besar. El amor no es mirar hacia atrás de esa manera. El amor no es una memoria. El amor es ahora." Tu ser amado sabe exactamente cómo te sientes, cuán solo estás y cuánto lo extrañas. Está diciendo: "Ámame como si estuviese allí y gradualmente sentirás la certeza de mi presencia. Cada vez que piensas que estoy muerto, me dejas. No estés triste, no llores. Alégrate como yo. No hay muerte." Cuando hagas esto, la emoción que está dentro tuyo sentirá una vez más tu amor fluyendo y comenzará a curarse. Y los períodos de dolor y vacío se reducirán, no porque hayas superado tu pérdida permitiendo que esa parte tuya languidezca y muera sino porque, sabiendo que tu amor vive, habrás cruzado al otro lado de la tumba y te habrás hecho completo. Barry Long
HOY ES UN BUEN DIA PARA VIVIR, Y TAMBIEN PARA MORIR.

domingo, junio 04, 2006

Oración para el beneficio de todos los seres en todo lugar


Ante la necesidad de oración que solicitan muchas personas para aliviar situaciones graves de un familiar o de una persona querida es que deseo compartir esta lectura que ha sido extraída del Libro Contemporáneo de los Muertos y presentada aquí para el beneficio de todos los seres en todo lugar.

Léelo en medio de congregaciones inmensas. Léelo para curar a los enfermos. Léelo para instruir a la gente mayor. Léelo para los muertos, o para los que se están muriendo, incluso aunque no sepan que se está leyendo para ellos, tus invocaciones y lectura están ayudándoles a lograr la liberación.

Confrontando la Luz Clara
Ahora yo estoy experimentando la Luz Clara de la realidad objetiva. Nada está sucediendo, nada ha sucedido nunca, ni sucederá jamás. Mi sentido presente del yo, el viajero, es en realidad el vacío mismo, sin cualidades ni características. Yo me recuerdo a mí mismo como el viajero, cuya naturaleza más profunda es la Luz Clara misma; yo soy uno; no hay otro. Yo soy la vacuidad del vacío, el eterno no nacido, el no creado, ni real ni irreal. Todo de lo que he sido consciente es de mi propio juego de consciencia, una danza de luz, patrones de luz girando en extensión infinita, infinidad interminable, el Absoluto más allá del cambio, de la existencia, de la realidad. Yo, el viajero, soy inseparable de la Luz Clara; Yo no puedo nacer, morir, existir o cambiar. Yo sé ahora que ésta es mi verdadera naturaleza.