viernes, mayo 01, 2015

LA PUERTA

Existe UNA SOLA PUERTA para ingresar y dejar este plano, la diferencia está en que se abren para distinto lado.

Dime, quién te ha compartido o hablado acerca de la muerte?  te apuesto a que nadie. Te comparto mi experiencia personal.
Un día cualquiera del 2006, "navegando por internet" me llega el siguiente mensaje:
"Así como para el nacimiento de un ser se necesitan neonatólogos, matronas,, obstetras, asi se necesitan personas para despedir a los que se van" y la pregunta era... te interesa?: y, espontáneamente, de mi mi Alma surgió un SI!....
Durante tres años trabajé en una clínica de renombre, junto a otras compañeras, dando Reiki a enfermos oncológicos y aquellos trasplantados de médula. Y mi Alma vibró junto a ello... no así mi entorno, quienes vieron en mi una amenaza, al hablarles de su estado y cómo se sentían...y hoy comprendo que fue por ignorancia: miedo

Posteriormente fui solicitada en tres casos particulares para "acompañar", tanto a la familia como al moribundo.
Les comparto que fui preparada por la asistente de Elizabeth Kübler-Ross, Patricia Elizabeth,  para trabajar este trance difícil y poco aceptable en la sociedad actual. Una parte fue asistir, desde la mirada tibetana, durante 49 días al que parte al otro plano (el muerto) y previo a esta situación es con el enfermo en sí y su familia.
Los más resistentes son la familia....como que se crea un sentimiento de APEGO tan grande, que no "dejan partir" al que desea irse....les dicen frases tales como: "mamá, no te vayas, te vas a recuperar"; "mamá/papá esto pasará como otras veces. y verás como esto lo superarás"..... todo esto es FALSO.... son deseos propios por no "hacernos cargo", "no querer asumir" que un ser querido desea partir e interrumpimos "esa necesidad",  no respetamos el llamado de SU ALMA, por lo tanto, y desde ese espacio NO LE AYUDAMOS, por el contrario, reforzamos el hecho de permanecer.
Por favor, respiremos profundo ante esta situación, y hagámonos cargo de lo que nos toca ante esta situación con amor y respeto, ASINTIENDO al llamado de su alma, porque el primero que sabe que va a morir, es el enfermo.