jueves, febrero 22, 2007

CAIDA LIBRE, MORIR Y RENACER


La bendición de los buenos amigos. Quedamos de juntarnos para almorzar. El lugar era muy acogedor. Claudio es un gran profesional y amigo, y me había compartido un texto para este blog: “Atravesando La Luz” del que pronto postearé. Lo rico de estos encuentros con los amigos es que conversamos sobre lo humano y lo divino, esto es lo maravilloso porque aparece de todo, ves como todo está conectado con todo. Es el arte de vivir que voy descubriendo en cada cosa, en cada instante de mi vida.

Le compartí acerca de una importante decisión que tomé los primeros días de enero, trascendental en lo personal. Dejar un trabajo, por un sueño que te jala y jala es algo difícil de asumir y menos de aceptar en lo racional. Son los desafíos, éstos me aman, no me dejan en paz. Surgen las preguntas, el boicot personal, las dudas, aparecen culpas, en fin. Así me sentí en ese instante de mi vida ante un cambio, que es una muerte, como suelo decir.

Escuchas a tu corazón que te anuncia algo, te insiste y tú estás como “dormida”, sigues igual inmersa de tu propia realidad, la de los “dormidos”. Dejas pasar. Sólo que ahora el llamado te tumba, son voces las que te gritan y te dicen que hoy es el momento y que tienes todo para lograr lo que quieras, y para eso tienes que dejar, abandonar, ir, partir…morir, pasar y re-nacer en otro sueño, en el tuyo.

Claudio me decía, cuántas personas prefieren quedarse con migas seguras en las manos, pero no ven el banquete que está esperándolos, por mantener “las seguridades”... Y ¿qué es seguro? ¿Tu empleo?, ¿tu salud?, ¿tu familia?, ¿tu vida? Hasta donde puedes asegurar, qué es lo que depende de ti?...
Nuestros guías y maestros están ahí, esperando que nosotros nos decidamos y actuemos, libre albedrío. Una vez tomada la decisión, todo se despliega mágicamente, todo se confabula para que lo que tenga que ser, sea, recién entonces todo ES.

Me voy en caída libre, hacia mi sueño. Me imaginé los momentos de los paracaidistas antes del lanzamiento, me vino ese miedo que lo palpé en mi piel, me decidí y salté,…Ahhhhhhhhhhhh… y aquí estoy, en la caída libre! Es cosa de confianza y certeza. Me lo dice el corazón. Ambas las he vivido y mi alma renace ante cada situación similar. Es lo que me hace tomar las decisiones y tirarme al vacío, disfrutar de la caída confiando!.

Ya se abrió el paracaídas… ¡veo tierra, voy por el banquete!