miércoles, junio 27, 2007

LA PARTIDA DE UN AMIGO




Carlos falleció en estos días. Era nuestro amigo de la infancia. Fue lo que se llama una muerte sorpresiva y muchos quedaron noqueados por la noticia, porque esto esperamos le pase a otros y no a nuestros seres queridos o amigos cercanos.

No podemos tener ninguna seguridad de lo que nos aguarda después de este momento, ni podemos afirmar con absoluta certeza que se cumplirán nuestros propósitos y aspiraciones futuras; pero hay una cosa absolutamente segura y cierta: nos espera morir. Nadie puede eludir la muerte. Pero no sólo eso sino además nadie sabe cuándo sucederá su muerte.
Hay quienes mueren ancianos, pero muchos mueren jóvenes; algunos sin siquiera haber podido realizar algún proyecto vital. A pesar de tener la sensación de que nos quedan todavía muchos años de vida, no hay razones de peso para afirmar que vaya a ser así; la sensación de permanencia parece más bien una defensa psicológica; la realidad es que en cualquier momento puede suceder lo que más tememos.
Reflexionar de esta manera sobre la muerte nos lleva a indagar quiénes somos, qué somos, adónde vamos, etc. Luego, cuando la reflexión se convierte en meditación, contemplar la muerte nos abre las puertas de la trascendencia.
- Juan Manzanera -

sábado, junio 09, 2007

MIEDO DEL EGO A LA MUERTE

El miedo parece tener muchas causas: miedo a la pérdida, miedo al fracaso, miedo a que nos hieran, y así sucesivamente; pero, en definitiva, todos los miedos pueden resumirse en el miedo del ego a la muerte, a la aniquilación. Para el ego, la muerte siempre está a la vuelta de la esquina. En este estado de identificación con la mente, el miedo a la muerte afecta a todos los aspectos de tu vida.
Por ejemplo, algo tan aparentemente trivial y «normal» como la necesidad compulsiva de tener razón en una discusión y demostrar que el otro está equivocado —defender la posición mental con la que te has identificado— se debe al miedo a la muerte. Si te identificas con una posición mental y resulta que estás equivocado, tu sentido de identidad, basado en la mente, se sentirá bajo una seria amenaza de aniquilación. Por tanto, tú, como ego, no puedes permitirte estar equivocado. Equivocarse es morir. Esto ha motivado muchas guerras y ha causado la ruptura de innumerables relaciones.
Cuando dejas de identificarte con la mente, el hecho de tener razón o estar equivocado es indiferente para tu sentido de identidad; de modo que esa necesidad compulsiva, apremiante y profundamente inconsciente de tener razón, que es una forma de violencia, deja de estar presente. Puedes expresar cómo te sientes y lo que piensas con claridad y firmeza, pero tal expresión no estará teñida de agresividad ni actitud defensiva. Tu sentido de identidad deriva entonces de un lugar más profundo y verdadero dentro de ti, no de la mente."
- Eckhart Tolle -


Los seres humanos le tememos a dos cosas, fundamentalmente; a la falta de amor, al temor de no ser queridos y a la muerte.
Te comparto este texto del autor del libro El Poder del Ahora, que me corrobora lo que aquí expongo.
Deseo compartirlo contigo con el propósito de ver qué sentido te hace.
Tenemos que revisarnos constantemente para ver cuán vivos o muertos estamos!


"Si practicas la atención a la respiración con asiduidad, cuando llegue el final de tu vida, morirás estando plenamente atento"