lunes, agosto 16, 2010

EL PROBLEMA DE LA EXISTENCIA


CAPITULO I: LOS PROBLEMAS POR RESOLVER
“Uno de los grandes temas para la conciencia humana es el problema de su finitud. Es decir, se muere, se acaba, se termina, desaparece, la nada. Pero este problema no se presenta así. Nadie piensa y nadie cree en tal finitud. Si hay algo de donde la mirada se aparta, es de que la conciencia se muere. Es decir, la percepción se muere, la memoria se muere, lo que reconozco como "yo" se muere.
Me dirás que todos sabemos que morimos. Es verdad, todos lo sabemos, pero no actuamos como si lo supiéramos, más bien, actuamos como si no lo supiéramos. Me dirás que hay creyentes. Es verdad, pero la violencia como modo de organización social y el sufrimiento al que se somete a grandes conjuntos, me hace dudar de la profundidad de esas creencias.
Me parece que, creyentes o no, se vive como si la muerte no fuera a ocurrir. Se aparta la mirada de la finitud. El tema de la muerte nos pone en presencia de una suerte de contradicción fundamental que provoca sufrimiento, y a lo cual se ha respondido apartando la mirada.
Es decir, frente al dolor ocasionado por esta contradicción, hemos anestesiado ese dolor y vivimos como si ese hecho no ocurriera.
El ser humano no podía respirar bajo el agua y respiró, no podía volar y voló, no podía ver lo pequeño y lo vio, no podía procesar demasiada información y la procesó, no podía manipular sus genes y lo está haciendo.
¿No podrá hacer alguna cosa interesante con este tema de la sensación de finitud? Podemos asegurar que cualquier problema del que tengamos apartada la mirada, no se podrá resolver. Que lo miremos y estudiemos, no asegurará su solución.
Pero el no abordarlo, eso sí asegura que seguirá igual. "



Colaboración del Grupo Yahoo, El Arte de Morir

jueves, agosto 05, 2010

MEDITACION


















Por lo largo que sea el día, no obstante lo cansado que pueda estar, lo severas que sean las demandas competitivas de este mundo, un discípulo no fallará en dedicarle tiempo a la Meditación.
Sant Rajinder Singh Jo Marajah

Lo ideal es temprano, amaneciendo, de lo contrario a la hora que tú puedas darle ese espacio al silencio que es tanto un lugar como una condición.
Es un lugar, porque lo contactamos dentro de nosotros.

Es una condición, porque al contacto con él, entramos en “la paz que sobrepasa toda comprensión”. Cuando se entra en El Silencio, aún así estés en un parque de diversiones, el mundo y todos sus problemas se desvanecen, y cuando se sale de allí, se regresa al mundo con el alma, el cuerpo y los pensamientos renovados y con la sensación de haber estado en la Presencia del Dios de tu corazón y de tu comprensión.