lunes, noviembre 13, 2006

”DÉ JÁVU”


Llegado el final de mi vida -un día como otro cualquiera-, me encontré en el umbral de lo desconocido, a punto de enfrentarme al mayor misterio de todos los tiempos. Pero, traspasada la línea, no había allí túneles de luz, ángeles ni demonios. Tan sólo un hombre con traje gris que se acercó y se detuvo junto a mí.
-¿Eres Dios? -le pregunté
-Jamás pretendería tal cosa -respondió-. Sólo soy la forma que tú das a una pregunta... o tal vez el delirio de un moribundo.-¿Y cuál es esa pregunta?-Ha llegado el momento de inyectar de nuevo tu esencia al principio de los tiempos, y ahora debes elegir el lugar y el momento en que se manifestará. Puedes recorrer la vida de alguna de las personas que ya vivieron o puedes recorrer la tuya de nuevo.-¿Quieres decir exactamente la misma vida? ¿No podré cambiar nada?-Por supuesto que sí. El futuro estará en tus manos, podrás cambiarlo todo, y lo harás. Y el resultado de todos tus cambios volverá a ser el mismo. Tu vida será exactamente igual a la que ya fue.Volver a vivir la misma vida... Volver a sentir la cálida luz del Sol en mi piel infantil, las gruesas y heladas gotas de la tormenta de verano que comienza, el olor a juguete nuevo, a tela limpia y lapicero... Sólo por eso ya valdría la pena retornar. Pero además, volver a verlos... A todos ellos, otra vez; y charlar, y escuchar sus voces... Y descubrirlo todo de nuevo, saborear la infinita capacidad de asombro del que ve y siente por primera vez... Y pasear al borde del abismo nuevamente sin saberlo... -Sí, volvería una y mil veces. -Doy fe de ello -dijo la pregunta. -¿Quieres decir que ya lo he hecho otras veces? -No puedo responderte, sólo estoy aquí para plantearte la pregunta. Ahora, puedes irte. Y marché hacia la luz. No la luz de la muerte ni del final eterno, sino la luz del comienzo, una vez más. Ahora soy un niño. Vuelvo a ser yo. Me dejo vivir sin prisas y sin miedo a nada ya, perpetuando sin saberlo el mito del eterno retorno. Sin recordar nada del futuro que ya fue, me deleito con el aroma de la hierba y la explosión de luz y color que se abre ante mis ojos y disfruto corriendo como no lo podré hacer algún día. Tan solo en algún leve momento me detengo y digo: "esto ya lo he vivido antes"... Pero es sólo una sensación fugaz y pasajera, un recuerdo de alguien que no soy yo... todavía. Ahora me marcho; tengo toda una vida que vivir y la persona que comenzó este relato no está aquí ya. Lo estará algún día -sin duda-, y volverá a contar esta historia a los que comparezcan aquí de nuevo, manifestando su esencia a través de los presentes, una vez más; como siempre ha sido desde que el Universo permitió que el tiempo recorriera reiteradamente su orografía infinita, conformada por un mosaico inacabable de instantes sólidos esculpidos en la trama de lo absoluto, allí donde no existe pasado ni futuro y el tiempo es sólo una circunstancia ocasional. Y así seguirá siendo por siempre, o al menos, así nos lo parecerá a los minúsculos habitantes de la cresta de la ola del tiempo, cuya esencia sólo puede manifestarse en el filo de esa línea intangible donde converge el fluir del tiempo con la historia inalterable.””

HOY ES UN BUEN DIA PARA VIVIR Y TAMBIEN PARA MORIR.