domingo, noviembre 29, 2009

SU MUNDO PUEDE CAMBIAR






Cada uno tiene en sus manos la posibilidad de ayudar a construir un mundo más cristalino.
Esté donde esté. Tenga la edad que tenga. Viva como viva. Sepa que puede cambiar su mundo. Puede transformar su realidad. La magia interna existe. Modificar el rumbo sólo requiere de una simple cuestión de actitud que abre las puertas a una nueva percepción sobre la vida.
La felicidad y la alegría dicen presente si uno se anima a fluir con la existencia, si uno tiene la osadía de abrir su corazón.
No sería novedad que algunos de los que lean estas líneas me crean un desquiciado, al que sería bueno internar.

Así es como piensan los muertos. ¿Qué muertos? Los que tienen sus mentes encofradas en la codicia y no dejan que sus corazones florezcan. Es cierto que usted los ve desenvolverse dentro de la sociedad, ocupando diferentes roles y actividades, pero no se deje engañar... están muertos!
Son cuerpos que caminan, respirando inconciencia, hacia una tumba que les dará la ilusión de que han vivido. Los muertos en vida son fáciles de identificar. Viven aparentando. Aparentan amar, aparentan ser felices, aparentan vivir, aparentan saber, aparentan disfrutar. Sólo aparentan. Palabras como acumular, status, poder, dinero y prestigio son una constante en sus bocas rígidas, que ya no recuerdan cómo era sonreír. Ellos son los maestros de la confusión. Son los que nos quieren hacer creer que no es más feliz el que menos necesita, sino el que más tiene. Muertos tambien son los que abusan del alcohol y de las drogas para sentirse vivos. Los que explotan a los demás para creerse importantes. Los que hacen de su imagen un culto. Los que no se animan a vivir su propia vida. Los que le temen al cambio. Los que no se animan a crecer. Muertos! Están muertos.
Morir puede que parezca una cuestión que está relacionada con el tiempo, sin embargo es más que nada una actitud hacia la vida. La clave está en poder sentir, pero para eso hay que dar un paso previo: abrir el corazón. Si lo logra, si se permite sentir, su percepción del mundo cambiará. Nacerá de nuevo. La vida estallará en mil colores, aromas y sonidos.
Verá la divinidad manifestarse en todos y en todo. Su ser interno danzará dentro de un mar de inexplicables sensaciones nuevas.
Conocerás la dicha de estar vivo!!

Por Julio Andrés Pagano

viernes, noviembre 13, 2009

LECCIONES DE VIDA





Todos tenemos un Gandhi y un Hitler en nuestro interior.
Digo esto de un modo simbólico. Con Gandhi me refiero a lo mejor que hay en nosotros, a nuestra parte más compasiva, mientras que Hitler representa lo peor que hay en nuestro interior, lo negativo y la mezquindad. Las lecciones de la vida suponen trabajar nuestros aspectos mezquinos y despojarnos de nuestra negatividad para encontrar lo mejor que hay en nosotros y en los demás. Estas lecciones son las pruebas de la vida, y nos convierten en lo que somos.
Estamos aquí para sanarnos los unos a los otros y también a nosotros mismos. Y no me refiero a la sanación del cuerpo físico, sino a una sanación mucho mas profunda, a la sanación de nuestro espíritu, de nuestra alma.

Cuando me refiero a aprender nuestras lecciones me refiero a resolver los asuntos pendientes. Y esto no tiene que ver con la muerte, sino con la vida.
Por ejemplo, debemos plantearnos si, además de ganarnos bien la vida, hemos dedicado tiempo a vivir de verdad? Muchas personas han existido sin embargo no han vivido, y han empleado enorme cantidad de energía en mantener ocultos sus asuntos pendientes.
Los asuntos pendientes son la cuestión más importantes en la vida de cada uno y, por lo tanto, son el aspecto primordial al que nos enfrentamos cuando nos encontramos con la muerte. La mayoría de nosotros morimos con una gran cantidad de estos asuntos y otros muchos al menos con unos cuantos. Hay tantas lecciones que aprender en la vida que resulta imposible hacerlo durante una solo existencia. Pero cuantas más aprendamos, más cuestiones resolveremos y podremos vivir la vida con más intensidad, una vida realmente plena.
Entonces muramos cuando muramos podremos exclamar:
DIOS MIO, HE VIVIDO!

“Aquellos que estén preparados, captarán lo que digo y me creerán. Y los que no lo estén, argumentarán con sutilezas del raciocinio y con pedanterías”
(Elizabeth Kübler-Ross)