Se puede morir de muchas maneras;
súbitamente, lentamente,
físicamente como espiritualmente.
Una de las peores formas de morir
es esa forma lenta, casi agónica
que produce la falta de incentivación,
de estímulo, la falta de un motivo para vivir.
Se ha perdido el sentido de la vida
Sin embargo, mientras se transita el peor momento, siempre aparece el milagro. Señales que vienen de la mano de aquellos a quienes extrañamos, y que nos muestran un nuevo camino. Nos ponen frente a nuestros ojos lo que realmente necesitábamos: Un nuevo estímulo; una nueva motivación; algo que redimensione el sentido de nuestra vida. Y no es que vayamos a dejar de extrañar, ni que pasemos a olvidar. Simplemente, aquellos que se fueron de nuestro lado, nos estarán mostrando una nueva forma de canalizar toda la energía de nuestra capacidad de dar... nos estarán mostrando un camino alternativo para nuestro amor...
VUELVE TU VISTA A QUIENES AÚN ESTÁN CON VIDA,
Ellos te mostrarán el camino para tu propio re-encuentro.